A la hora de instalar una moqueta en su hogar o empresa, nos encontramos ante dos opciones posibles: la moqueta en rollos o la moqueta en losetas, también conocida como modular.
La moqueta en rollos es el sistema más empleado tradicionalmente. Consiste en el despliegue y fijación del tejido en grandes unidades que se cortan a medida, ajustándose a las formas de la habitación y es más rápida de instalar. Está especialmente indicada en estancias pequeñas, de tamaño medio o de morfología irregular, donde no sea previsible el deterioro de una parte en concreto, como dormitorios y salitas. Al realizarse a partir de piezas continuas, llevan pocas uniones o juntas, que pasan fácilmente inadvertidas, y permiten un acabado regular y elegante, por lo que suelen ser las favoritas en hoteles y domicilios.
Aunque normalmente se empleaban cubrir para grandes superficies u oficinas, las ventajas de las moquetas modulares las están haciendo más populares día a día en los domicilios particulares. Se trata de 'baldosas' de moqueta, normalmente de 50 por 50 centímetros, que se van pegando adyacentes unas de otras, sobre el suelo. Esto permite una sencilla sustitución en caso de accidentes como manchas de líquidos o similares, tan solo es necesario retirar el módulo deteriorado y sustituirlo por uno nuevo. Ni siquiera es necesario que esta sustitución la realice personal especialmente cualificado, como sí sucede con las moquetas en rollo. Sin embargo, salvo en calidades muy densas o altas, su acabado no es tan bueno como el de las moquetas en rollo.
Foto: Pavimentos infantiles